Pareciera mentira que hoy, cumpliéndose
37 años de la “Noche de los Lápices”, en lugar de hablar de que se está
llevando a los represores y genocidas ante la justicia. Estemos pidiendo la baja
de imputabilidad, como respuesta inmediata contra la inseguridad.
En su lugar, unos encuentran con la
cadena nacional de la inseguridad y el delito. El mismo de ayer, de antes de
ayer, y seguramente el de mañana. En donde en su mayoría tiene como
responsables a menores de edad. Y en una sociedad donde es más fácil matar al
perro, que cuidarlo y curarle la rabia, pedimos que se baje la imputabilidad
para poder tirarlos en un calabozo y no tener que volver a verlo pidiendo
limpiar ventanas en el semáforo.
Pero en esta capital, donde tenemos un índice de homicidio por delito más bajo que en New York, también el índice de menores implicados en causas que terminan en muertes es bajo, 0.96% de los delitos cometidos por menores corresponden a homicidios.
Pero en esta capital, donde tenemos un índice de homicidio por delito más bajo que en New York, también el índice de menores implicados en causas que terminan en muertes es bajo, 0.96% de los delitos cometidos por menores corresponden a homicidios.
Con el transcurso de los años parece
que el delito siempre es ser menor, porque no hay relación entre los chicos
arrancados de su familia por la dictadura y los que hoy queremos arrancar de
nuestra vista. Unos tuvieron la oportunidad de una familia, de estudiar, de uno
mimo. Estos de ahora, no tienen ni quien les dé un abrazo. Es nefasto pensar
que en una sociedad que parece avanzar a la vanguardia de los derechos, estemos
pensando hacer responsables a chicos de catorce, quince o dieciséis años de
nuestros errores como sociedad.